21 feb 2008

CONTENIDO DEL LIBRO

INTRODUCCION




El hombre que transforma es el que tiene ideas,
el que maneja datos, el que hace comparaciones,
el que analiza el pasado inmediato y marca los rumbos
del futuro, que ya es el presente que vivimos.


Pedro Olea Franco

Los cambios en los planes de estudio para las licenciaturas en educación, especialmente en la de preescolar, responden a la necesidad de que las alumnas sean productivas desde su primer contacto con la comunidad, a fin de que desarrollen las capacidades de reflexión y aplicación en un ambiente educativo y bajo prácticas que sean congruentes con las finalidades del plan.
La constante preocupación de las estudiantes de la Licenciatura en Educación Preescolar, por la carencia de información concreta acerca de los jardines de niños anexos, hace necesaria la elaboración de un escrito, que ofrezca los elementos informativos que requieren, al editar el documento recepcional para titularse. Esta propuesta de trabajo es presentada a través de una monografía que resuelva sus dudas de la deficiente información.
Es un documento inacabado, que se presta a correcciones o ampliaciones, ya que puede presentar omisiones o equívocos involuntarios, por no contar con todos los informantes clave o los documentos oficiales como evidencia. Pretende entre otras cosas, servir como instrumento de consulta tanto a las estudiantes de la licenciatura de preescolar, como para quienes asumen compromisos de asesores. Y para todas aquéllas personas que se interesen por saber sobre los jardines de niños anexos al Centro Regional de Educación Normal (C.R.E.N.).
Aunque este documento es una aportación, el suponer que se pretende proporcionar algo nuevo, sería apartarse de la verdad. En el presente estudio, únicamente se incluyó la información que se consideró importante y que se tuvo al alcance.
Mucha gente se pregunta y quiere saber las circunstancias histórico-sociales en que se crearon las instituciones anexas; se ve con entusiasmo la posibilidad de enterarlos:
 ¿Qué son los jardines de niños anexos?
 ¿Cuándo se crearon y con qué fin?
 ¿Quién los fundó?
 ¿Quién los sostiene?
 ¿Quién los atiende?
 ¿Qué organización tienen?
 ¿Cuáles programas de preescolar aplican?
 ¿Cuándo se construyeron?
 ¿Es válido el nivel cursado en los jardines de niños anexos?

Independientemente de que satisfaga las interrogantes, el estudio tiene como propósitos:
• Proporcionar datos e información concreta acerca de la fundación y evolución de los jardines de niños anexos al C.R.E.N.
• Ratificar que los jardines de niños anexos, son una alternativa que contribuye a cubrir la demanda de educación preescolar en zonas marginadas de Ciudad Guzmán, Jal.
• Dar a conocer los jardines de niños anexos al C.R.E.N., como centros educativos donde las futuras educadoras completan y perfeccionan su formación profesional, a través del trabajo docente.
• Difundir que las instituciones anexas, son espacios de aportación social, cultural, económica y educativa.
Por su naturaleza, es un estudio histográfico. La estrategia metodológica se sustenta en
relatos de vivencias y de consulta de documentos de carácter oficial. Asimismo, se recurrió a fuentes bibliográficas diversas, para apoyar el trabajo, procediendo inductivamente en la estructuración del mismo.
Al concluir la reseña de cada jardín de niños se inserta una relación de los grupos de pasantes que realizaron su práctica docente en la institución referida.









CAPITULO I.
LA EDUCACION PREEESCOLAR EN MEXICO.



La educación es uno de los grandes problemas nacionales cuya solución se considera de interés prioritario para el desarrollo de un país. Este interés surge del papel que se le otorga a la educación en el proceso de transformación de los individuos, que habrá de elevar el nivel cultural del pueblo, este proceso se relaciona con la inversión en la formación de recursos humanos de cuya calidad depende, se trata de una educación formadora de actitudes propias de los sujetos sociales y promotora de una madurez crítica y espíritu de iniciativa.

Las alumnas de la Licenciatura en Educación Preescolar del C.R.E.N., “fundadoras” de los jardines de niños, bajo la asesoría de sus maestros, al menos en su documentada preparación contaban con un nivel de estudios muy superior al que en sus inicios poseía la celebre educadora Rosaura Zapata Cano (1876 - 1963), personaje de quien la también educadora Elisa Osorio Bolio de Saldívar dice lo siguiente: “cuando hubo terminado su instrucción primaria, estudio en la capital de la República la carrera de maestra normalista, obteniendo su título en 1898”

Lo transcrito testifica que a principios del siglo pasado, los estudios de la carrera de docencia para la educación básica se efectuaba a partir de la conclusión de la educación primaria. Ahora, en lo que respecta a la preparación de educadora, la maestra Rosaura Zapata, en sus primeros años de servicio supo que en la escuela normal de señoritas (los géneros estudiaban separados) se daban cursos de pedagogía froebeliana, los cuales eran impartidos por los maestros Manuel Cervantes Imaz y Luis E. Ruiz . Ante tal oportunidad, ella tomó dichos cursos, los cuales le
fueron muy útiles para atender a los niños de párvulos, pequeños que cursaban un año de preparación para iniciar su educación primaria.

La educación preescolar en México recibe un gran impulso del Lic. Joaquín Baranda, pero el que le dio mayor fuerza fue Justo Sierra.

En los primeros años del siglo pasado, el Lic. Justo Sierra, ministro de instrucción pública y el Ing. Miguel Martínez, director general de Educación, comisionaron a las maestras Estefanía Castañeda (1872 - 1937) y Rosaura Zapata Cano para que fueran a Estados de Norteamérica a observar y a estudiar el funcionamiento de las salas de párvulos tipo froebeliano. En realidad no se trataba de salas de párvulos sino de kindergarten, pero como en nuestro lenguaje no se manejaba este último término, en la instrucción oficial que recibieron las maestras, se hablaba así de párvulos. Sin embargo, lo indicado refleja el interés que había por atender en forma científico-pedagógica a los párvulos, para ya no continuar haciéndolo en forma empírica.
En enero de 1904 se establecieron de manera definitiva los jardines de niños en la cuidad de México, se fundaron dos, el primero llevó el nombre de “Federico Froebel”, bajo la dirección de la profesora Estefanía Castañeda. El segundo de nombre “Enrique Pestalozzi” se le asignó a la profesora Rosaura Zapata.
Para 1905 se había cambiado la denominación de kindergarten por la de jardín de niños, utilizándose esta última en la correspondencia oficial, por que era la que mas se acercaba a la traducción del vocablo alemán. No obstante ello, “… en 1932 todavía no se descartaba (la palabra alemana) pues en escritos de Rosaura Zapata en la revista de Jardín de Niños se usa”.
Los jardines de niños anexos a las escuelas normales, pronto fueron creándose, precisamente adheridos a ellas, aunque las instituciones formadoras de docentes no prepararan educadoras. Así se cre el “Proyecto para el establecimiento de jardines de niños anexos a las escuelas normales regionales” . Como dichas escuelas normales eran de carácter rural, se asentaba en los programas de educación preescolar tareas propias a este ámbito. Entonces, los pequeños aprendían el cuidado de plantas y animales domésticos. Luego, en el contacto amplio con la naturaleza se sustentaban todos los contenidos del programa. Con fundamento en el proyecto mencionado, se establecieron los jardines de niños anexos a las escuelas normales regionales siguientes:
- Xocoyucan, Tlaxcala
- Actopan, Hidalgo
- Erongarícuaro, Michoacán
- Tixtla, Guerrero y
- Oaxtepec, Oaxaca.

En los años escolares de 1928 y 1929 se establecieron esos jardines de niños, los cuales preparaban hasta cierto punto a las alumnas para atender a los párvulos, trabajo que se efectuaba durante un año, a fin de poner en condiciones a los niños para que iniciaran la educación primaria. Pero, por circunstancias especiales ese proyecto no pudo continuarse. Este plan de acción pedagógico fue una empresa exclusivamente mexicana .

Sobre una escuela formadora de docentes, también de carácter rural, la maestra Elisa Osorio, proporciona una información un poco más amplia respecto a esos jardines de niños. Dejemos que ella hable:

“Cabe recordar que la escuela de estudios secundarios, llamada de la Encarnación, (en el estado de Michoacán, Nota de quien esto escribe) se había transformado desde hacia varios años en la Escuela Normal para señoritas y que a las Sritas. Leonor López Orellana y Guadalupe Tello de Meneses se debió que el plan de estudios de dicha escuela figuraran cursos que iniciaban a las alumnas en asuntos de educación preescolar. La escuela contaba con un anexo de párvulos para las prácticas de las estudiantes. Dicho anexo estaba bajo la dirección de la Profa. Mateana Munguía de Aveleyra”.


Los jardines de niños carecían de dependencia administrativa firme en la Secretaría de Educación Pública, tanto es así que:
“durante 6 años más o menos los jardines de niños pasaron a depender de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, que había comenzado a funcionar en 1937 y que se abocó a los problemas de los niños hasta los 6 años de edad. La Srita. Zapata tuvo que presentar un programa demostrando que la educación preescolar provoca y encausa el desarrollo integral del niño y lo capacita para su vida posterior. 84 jardines de niños funcionaban en este lapso y aumentaron a 185 gracias al esfuerzo de madres y educadoras”

Posteriormente los jardines de niños fueron retomados por la Secretaría de Educación Pública, legitimando así su ubicación dentro de tal dependencia del poder federal. Al respecto la maestra Osorio escribe:
“Los jardines de niños se reincorporaron a la Secretaría de Educación en 1942 y quedó como jefe del departamento la Srita. Zapata, quien encargó de inmediato a un grupo de inspectoras formular el programa general y elaborar un temario para las actividades en los jardines”

La educación normalista preescolar se instaura por primera vez en la escuela Nacional de Maestros ubicada en el Distrito Federal en el año de 1925, con la reforma promovida por el maestro Lauro Aguirre. Este educador, en su proyecto, establecía por primera vez seis años de estudio después de la educación primaria, tanto para preparar profesores de educación primaria como educadoras de jardines de niños. La reforma en mención también era de tipo coeducativo . Aunque en la práctica ningún varón se dispuso a cursar el plan de estudios de la carrera de educadora.

La educación preescolar y el jardín de niños
¿Qué es el jardín de niños?
“Son instituciones creadas con el fin de proporcionar atención y servicio de educación preescolar a la demanda de infantes que comprenden este nivel” .

La educación preescolar constituye el primer nivel de educación básica que atiende a los niños menores de 6 años, este servicio se proporciona en los jardines de niños, donde aprenden a través de diversos juegos a tomar decisiones, a mostrar iniciativa para planear y realizar tareas, a compartir sus puntos de vista y reconocer los de los demás, así como a reconocer sus necesidades básicas para gradualmente satisfacerlas, es decir, poco a poco aprenden como aprender. En el jardín de niños se favorece continuamente la creatividad ya que se ofrece a los niños oportunidades para resolver problemas de la vida cotidiana, identificar diversas formas de resolverlos al comparar sus soluciones con las de sus compañeros, así como a manifestar sus ideas, sentimientos, emociones y deseos de distintas maneras. La educación preescolar contribuye a que los niños establezcan relaciones colectivas entre ellos y con los adultos en un marco de respeto, confianza, verdad, justicia y tolerancia que los invite a colaborar, es decir, a actuar juntos para lograr un fin común. En el jardín de niños los niños y las niñas se relacionan, se descubren iguales y a la vez distintos a los demás, conocen algunas de sus posibilidades y limitaciones, así como la necesidad de cuidar su cuerpo y su salud. Es aquí también donde los niños exploran, investigan, plantean hipótesis sobre las características del mundo natural que los rodea, lo que implica que aprenden a cuidar la vida de las plantas y los animales.

Otro de los propósitos de la educación preescolar, consiste en fomentar en los niños el interés por descubrir las características del lugar donde viven, la comunidad que les rodea y que participen en las manifestaciones artísticas y culturales. En el jardín de niños al clasificar, contar, agregar, quitar, repartir, recortar, dibujar, cantar, bailar, escuchar o escenificar entre otras actividades, contribuye a que los niños adquieran habilidades que les permitan organizar y utilizar la información que les ofrece el medio natural y social y acceder con mayores posibilidades de éxito a aprendizajes propios de la educación primaria como la lectura, la escritura y la matemática, lograr el desarrollo de estos aspectos implica un proceso gradual que se favorece en la tarea educativa cotidiana en los jardines de niños, pero ¿cómo se logra esto si los niños van al jardín de niños a jugar? Es precisamente el juego principal interés de los niños preescolares el que permite experimentar, crear, inventar, comprender y por lo tanto aprender.

Un elemento principal en el aprendizaje del jardín de niños es la educadora, ya que su trabajo consiste en ofrecer a los niños experiencias que les permitan aprender jugando. La educadora organiza su participación considerando las características de los niños del grupo que atiende, estas características son el reflejo de la edad, de las circunstancias familiares en las que vive, así como del ambiente social y cultural de la comunidad a la que pertenece. Una vez reconocido esto la educadora planea su intervención pedagógica, es decir, determina que objetivos lograr al finalizar el año escolar, es aquí de suma importancia que ella identifique cuales conocimientos, actitudes, habilidades y hábitos espera que los niños manifiesten como resultado de su intervención docente.

¿Cómo aprenden los niños? A través de las actividades que realizan en el jardín de niños con su educadora, al correr, al jugar con la arena, al disfrutar de sumergirse en chapoteadero, al pintar, al cantar y bailar, al cocinar, al manipular materiales, experimentan, transforman, crean, disfrutan y con ello aprenden. En el jardín de niños los niños planean, realizan y evalúan las actividades, de su participación depende su interés y disfrute, pero además participar les permite expresar oralmente lo que están pensando y aprender a escuchar lo que dicen sus compañeros para entender y aceptar que existen otros puntos de vista. Cuando los niños planean con su educadora qué hacer, para qué hacerlo, quién lo hará, qué hacer primero y qué después, conocen la finalidad del trabajo, anticipan sus acciones y determinan su responsabilidad, todo esto les permite organizar su pensamiento y sistematizar el trabajo. Cuando además de utilizar el lenguaje oral los niños registran gráficamente la planeación, disponen de un referente visual que orienta la continuidad de las actividades, la previsión de recursos que les permite qué de aquello que tenían planeado pudieron realizar, cómo resultó, qué dificultades tuvieron, si lo disfrutaron o no y por qué y con ello prever nuevas actividades. La educadora propone otras actividades en las que sabe que su grupo podrá obtener experiencias que los lleve a adquirir habilidades, hábitos, conocimientos y actitudes necesarios para su vida cotidiana.

“La educación preescolar cumple una función democratizadora como espacio educativo en el que todos los niños independientemente de su origen y condiciones culturales y sociales, tienen oportunidades de aprendizaje, que les permiten desarrollar su potencial y fortalecer las capacidades que poseen”.

Personalidad profesional de la educadora.
Tomando en cuenta que la educadora es el elemento primordial en el aprendizaje de los niños, debe poseer una personalidad profesional que la identifique como tal. La educadora o profesional docente de los jardines de niños, es una persona científica-humanista. Actualmente es una licenciada, cuyo nivel de estudios en lo que concierne a cultura general, es el mismo que el de cualquier egresado de la educación superior. Sin embargo, en lo relativo a la especificidad de ámbito profesional, esta científica pedagoga es muy sólida en lo referente a psicología infantil, pedagogía, didáctica y comprensión humanística. Esta persona es la primera educadora formal que interviene en el proceso educativo del individuo, cuyo fin, junto con los contenidos de enseñanza que aborda, consiste en desdogmatizar su influencia interventora educativa. Ella, por vocación y congruencia con su profesión debe formar niños autónomos, libres de conciencia, continuando la libertad con la que nacieron. Su labor tiene que ser universal, alejada de todo sectarismo y dogmatismo social sea artístico, deportivo, religioso e inclusive científico, es decir, humanista a plenitud. Para ello, ella debe ser así, y si no lo fuera, tendrá que ser así. En un libro de multiautoría editado por la Secretaría de Educación Pública se establece que la educadora es así:
“Un ser científico, espontáneo, capaz de profundizar en los avances científicos, y rescatar el valor humano que de ellos emana, para su labor educativa. Estará en función de no negar lo científico sobre lo espontáneo y viceversa, si no entenderlos como sustancias propias, tanto del individuo como de la sociedad, que encuentran su realización en la dinámica que se establece entre niño-docente, docente-sociedad, etc.”
Es necesario que la educadora, igual que todo profesional de la educación y que todo investigador, confronte permanentemente los aportes teóricos con su práctica educativa, a fin de explicarse su realidad no sólo de manera empírica, si no con los fundamentos más acordes a su propia concepción dinámica en la forma más critica, es decir, con los más amplios criterios. Se requiere que la educadora sea una investigadora de su propia obra educativa, a fin de desarrollarse todo lo que sea posible, pero también desarrolle a los niños en la misma medida. Mientras logra que los niños aprendan, ella también aprende, aquí se da un proceso dialéctico, esto es real. Al investigar su propio proceso educativo, la educadora logra ideas originales, confiables en primer término para sí misma, pero también para todo el ámbito educativo; otra vez en esta dinámica dialéctica ella le arranca teoría a su práctica, a partir de su práctica educativa y social, formula teoría. En este juego de roles, el educando, tan pequeño, también enseña a la educadora.

La educación formal de la etapa preescolar está llena de cariño a los niños, la eficiencia en ritmos, cantos, juegos, manipulación, cuentos, psicomotricidad en general, convierten a la educadora profesional en un ente creativo y feliz, en una vocación humanista. Esto es lo que reflejaba en su tarea diaria la célebre educadora hidalguense, y desde luego, mexicana, Luz María Jiménez Gregg.

La educadora sabe que la etapa de la vida humana con la que ella trabaja profesionalmente en grupos, es la de mayor asimilación de la cultura del entorno, por eso ella, con su carisma de calidad ha de procurar ser un foco de atención e influencia de la máxima apertura, tolerancia, simpatía y amplitud de criterio. En su salón de clases, con los niños se “establecerá” el universo, ahí cabe todo y todos, con equidad, con respeto y solidaridad con todas las expresiones. Este es un enfoque fundamental para ser docente; reflexionando cotidianamente en su tarea individual, compartiéndola con las demás educadoras, dado que su profesión es humanista, social, inclusive mas allá de los límites del gremio, tendiendo a interactuar con toda la sociedad. Así en su práctica profesional, la educadora es la que posee mayor relación con los padres de familia, especialmente con las madres y/o tutores de sus alumnos. Al hacerlo así, se reconoce que el trabajo docente con niños en edad preescolar plantea complejas demandas de formación científica, de competencia didáctica y de actitud personal que hacen conveniente una proporción más alta de actividades específicamente vinculadas al desempeño profesional. Tal como lo señala el Plan de Estudios 1999, de la Licenciatura en Educación Preescolar.

La visión social de la educadora profesional tiene clara su concepción de que ella es quien más interactúa con la familia y la comunidad, factores que son los socializadores primarios del niño. Por eso su papel es eminentemente socializador. Ella es la clave de la socialización formal del pequeño. El jardín de niños que no es la única institución preescolar, si es el primer plantel de educación formal, aunque se le llame preescolar.

Breves antecedentes del C.R.E.N.
La formación de las personas y de las sociedades de los distintos países se realiza por medio de la educación organizada en sistema educativo. Sin embargo, el proyecto globalizador de la humanidad, liderado por unos pocos países, esta borrando los marcos fronterizos de las naciones, uniendo paulatinamente a estos, más por necesidad que por vocación. Sin embargo, la pretendida identidad nacional o la tradición nacionalmente defendida, aun son factores significativos para que la mayor parte de las naciones de todos los continentes trabajen sus sistemas educativos con la intención de educar nacionalmente. Esta última idea, en el pasado, fue la tesis rectora de todos los países. En el caso de México, en 1960, justamente con la convicción nacionalista, el presidente de la República, Lic. Adolfo López Mateos, teniendo como titular en la Secretaría de Educación Pública al Dr. Jaime Torres Bodet, autorizó a éste para que pusiera en marcha el Plan Nacional para el Mejoramiento y la Expansión de la Educación Primaria en México, el cual entre los maestros se popularizó bajo el “nombre” de Plan de Once Años.

Dentro de dicho espacio legal nació el Centro Normal Regional (CNR) de Ciudad Guzmán, Jalisco, lo mismo que su similar en Iguala, Guerrero, el 19 de septiembre de 1960. Hoy, las dos instituciones mencionadas se denominan Centros Regionales de Educación Normal (CREN). Pronto el de Ciudad Guzmán rebasaría al de Iguala en Proyección e imagen social y académica, hecho que se debió principalmente a que el CREN de Ciudad Guzmán creó en el año escolar 1962-1963, un conjunto de escuelas vespertinas para atender al rezago educativo existente en la periferia de la ciudad, y a la vez creaba varias escuelas que funcionarían como espacios propios autónomos en donde los estudiantes del último grado de estudios pudieran ejercer su praxis.

Pasaron 23 años desde el nacimiento del CREN. Durante tal lapso, el plantel sólo se dedicó a formar profesionales de la educación primaria, así legitimó su existencia la institución. Y para 1983, dada la necesidad que tenia el país de profesoras de educación preescolar, se implementó un grupo de preescolar, siendo éste, la única generación 1983-1987 de profesores de educación preescolar (sin licenciatura), aunque dicho nivel no era obligatorio (todavía) como antecedente para ingresar a la primaria, se determinó que el plantel impartiera la carrera. Así se hizo, emprendiendo la tarea con los docentes que la escuela normal poseía, o sea, sólo con educadores que contaban con formación en la educación primaria.

En el primer trienio de gobierno de la República Mexicana del Lic. Miguel de la Madrid Hurtado, precisamente el 22 de marzo de 1984, la profesión docente se elevó a nivel de licenciatura. Con ello, la carrera de Profesor de Educación Primaria se niveló con la educación superior. Un año después, en 1985 ocurrió lo mismo con Educación Preescolar. En dicha elevación jurídica de las dos carreras, la educación primaria, ahora con el nivel de licenciatura continuaba atendiendo las escuelas primarias dependientes de la escuela normal. Esto hizo que para el año escolar 1988-1989, período en que egresó la primera generación de la Licenciatura en Educación Preescolar, la cual efectuó sus prácticas pedagógicas ordinarias profesionales en jardines de niños de personal de base, se sintiera la diferencia en praxis con la educación primaria. Por ello para el año lectivo 1989- 1990, sin cubrirse los requisitos administrativos para crear jardines de niños, el CREN inició un proyecto ágil para atender la demanda de educación preescolar, esencialmente en colonias populares, no como jardines de niños propiamente. El fin era el de dar a conocer la falta de instituciones educativas de este nivel en esta ciudad y que al paso del tiempo fuera una pauta para construir más jardines federales.

Los primeros intentos
Para realizar lo indicado el profesor Jesús Bailón Solís, pedagogo de mucha iniciativa, en una de tantas veces que acudiera a solicitar los jardines de niños para las prácticas de las alumnas de 4° grado de la Licenciatura en Educación Preescolar, hizo posible que se entablara una conversación con las inspectoras Elva Guerrero Zamora y Yolanda Maldonado Trujillo de las zonas 10 y 76 respectivamente, llegando al acuerdo de crear módulos, en los cuales practicarían las alumnas de 7° y 8° semestres. El acuerdo especificaba que las inspectoras mencionadas apoyarían con la mayoría del material necesario y supervisión y por su parte el Centro Regional de Educación Normal aportaría a sus practicantes, para llevar a cabo la obra educativa. Asimismo se acordó que las clases se impartirían en jardines de niños ya establecidos en el turno vespertino, asistiendo las alumnas a clases de la normal por las mañanas.

Este proyecto se concretizó de inmediato tal propósito se catalogó como válido, además de lo apuntado por que:

1. Las alumnas requerían de la existencia de jardines de niños propios donde realizar sus prácticas profesionales y había mucha reticencia de parte de algunas educadoras para permitirles tal actividad.
2. Las normalistas tenían dificultades para aplicar iniciativas pedagógicas autónomas en los jardines de niños atendidos por personal de base.
3. Había muchas colonias populares surgidas a raíz del temblor del 19 de septiembre de 1985 que carecían de atención en la educación preescolar.
4. Se consideraba que los estudiantes de Licenciatura en Educación Primaria egresaban con mas praxis que las alumnas (ha habido algunos varones) de la Licenciatura de Educación Preescolar, en virtud de que desde 1963, todas las generaciones de primaria tenían una práctica profesional anual en la cual durante el último año de estudios se responsabilizaban de un grupo de educación primaria, además de cubrir sus compromisos como estudiantes en la escuela normal.

Hubo sensibilización y concienciación por parte del profesor Jesús Bailón Solís, diciéndoles entre otras cosas a las estudiantes -“ustedes ya han estado practicando mucho, ya están en condiciones de trabajar solas, es su último año de estudiantes, deben aprovechar la oportunidad porque después ya no tienen tiempo”-, etc..., luego preguntó a sus alumnas de grupo que atendía con la asignatura de Laboratorio de Docencia -“¿Quién quiere participar?… porque es mucho trabajo y no hay sueldo”.- Todas aceptaron y se hicieron 3 equipos, uno para cada módulo. Cabe aclarar que las alumnas del otro grupo no quisieron involucrarse. Se procedió de inmediato a elaborar el proyecto de trabajo, mismo que validó el profesor Antonio Rafael Montelongo Aguirre, Subdirector Académico en turno, para presentarlo a las inspectoras quienes lo aprobaron. En acto las normalistas censaron para justificar la población, lo hicieron en las colonias El Triángulo, Constituyentes y Solidaridad superando las expectativas que se tenían al respecto, de que no existía tal necesidad.

Así el 3 de octubre de 1989, el profesor Bailón Solís con la colaboración de sus entusiastas alumnas del 7º semestre de la citada licenciatura, iniciaron la actividad docente con tres módulos.

El primero en la colonia Constituyentes, en el jardín de niños “Estefanía Castañeda”, en el que se presentaron las practicantes con la directora (previo diálogo con ella) Edelmira Radillo Moreno, haciéndole entrega de la solicitud autorizada para laborar, los resultados del censo y el proyecto con el Visto Bueno de la inspectora Elva, con esta documentación en mano les permitió realizar su práctica por la tarde de 2 a 5:30. Les entregó las llaves de la institución, con la advertencia que trabajarían en las mismas condiciones que ellas en cuanto al horario y cuestiones administrativas, dejando el lugar de práctica perfectamente limpio. Iniciaron con tres grupos, primero, segundo y tercer grados equivalente a una población de 60 niños. Quedando como encargada la alumna Irma Julissa Nieves Becerra, sus compañeras: Verónica Maria Cisneros Villa, Rosa Elvia López Ceja, María Cristina Medina Betancourt, Verónica Cervantes Gutiérrez, Ma. de la Luz Elizondo Casillas y Angélica Edith Hernández Figueroa. Practicaban 2 por grupo una semana o un día (según convenían) cada quien, de manera alterna con ayudantía.

En cuanto al Servicio Social, realizaron una muy buena labor, entre lo más sobresaliente podemos mencionar: limpiaron la institución de matorrales y maleza, reforestaron el área con árboles frutales y plantas de ornato, se hicieron jardineras, se construyó el arenero y se gestionó ante el DIF la ayuda necesaria, logrando les regalaran desayunos diarios para todos los niños que asistieran al jardín y para los padres de familia despensas mensuales gratuitas, por que eran de muy bajos recursos económicos y por lo mismo no se les cobraba nada. Lo del material didáctico corría por cuenta de las normalistas. Tales acciones les dejó a los padres de familia grandes satisfacciones y deseos de seguir colaborando con el jardín. Situación que dio apertura al siguiente año para la creación del turno vespertino con personal de base, desapareciendo este módulo.

El siguiente módulo se estableció en la colonia Solidaridad, que al igual que el anterior fue en una institución ya establecida, en el Jardín de Niños “Federico Froebel”, en la calle prolongación Jalisco # 116, de Cuidad Guzmán, Jal., con horario de 14:00 a 17:30 Hrs. De igual manera se dialogó con la directora para que las practicantes la auxiliaran en el trabajo, la maestra estuvo de acuerdo empezando a laborar de inmediato. Aquí solo estuvieron tres elementos, trabajaron con 2 grupos. Del tercer grado las encargadas eran las alumnas María Concepción Velasco Villalvazo y Rosa María Castillo Flores, quienes de común acuerdo practicaban un día cada quien, quedando la otra compañera como ayudante y viceversa. El grupo de 2º lo atendía la profesora Adela Cervantes (directora) y Ana Luz Ramírez de la Cruz, quien practicaba solo dos días por semana. Se les brindó atención a 37 niños.

Viendo la necesidad de hacerle mejoras al jardín, junto con el Profr. Jesús Bailón, integraron un equipo de trabajo con compañeras de la normal que realizaban su servicio social ahí y estudiantes del Tecnológico; reforestaron con árboles y plantas de ornato, limpiaron de maleza todo el plantel, hicieron 2 jardineras y renovaron una que ya se encontraba en muy malas condiciones. Formaron áreas de juegos con llantas, clavándolas de diferentes formas para coadyuvar al desarrollo motriz del niño.

Organizaron campañas de higiene personal, se dieron conferencias sobre temas de interés general como es la salud y nutrición, Estas conferencias se llevaron a cabo después del horario de clases. Realizaron una muy buena labor a pesar de su corta experiencia. Sin embargo, no fue suficiente para que continuaran las practicantes pues al año siguiente por políticas del gremio y problemas de reacomodo ya no aceptaron a más jóvenes de la Normal desapareciendo éste como tal.

El tercer y último módulo se situó en el Fraccionamiento El Triángulo, en la calle Nicolás Bravo s/n de esta ciudad. También con horario vespertino aunque no había ninguna institución de preescolar establecida. La representante del equipo de practicantes fue la alumna Adriana J. Almejo Hernández, sus colaboradoras; Josefina Raygoza Martínez, Mayra Cristina Contreras Domínguez, Adriana M. Ramos González, Marcela L. Amaya Pérez, Maria Elena Escamilla Covarrubias, Marina Galindo Larios, Ma. Eugenia Rodríguez Morales. Atendieron a 76 niños, distribuidos en los tres grado de 1º, 2º y 3º. Practicaban 2 por grupo.

Una vez habiendo censado y obtenido el permiso correspondiente para crear su módulo, se dirigieron con el presidente de la colonia para darle a conocer su inquietud de fundar un jardín de niños que ellas atenderían por la tarde. Después de ser analizada la solicitud, fue aceptada comunicándoles en el momento que el único lugar que se tenia disponible era el que se encontraba al final de la colonia, destinado para áreas verdes, con los colonos no había problema que se querían empezar a trabajar ahí, buscarían la forma de que se les donara ese terreno.

Como no había condiciones propicias para trabajar en el lugar que les indicaron, ya que se encontraron con un terreno árido lleno de piedras y basura, iniciaron a laborar en la banqueta de la calle Nicolás Bravo, a la sombra de unos pinos que fueron su cobijo hasta enero del siguiente año. El hecho de que el lugar fuera inhóspito no fue obstáculo para las alumnas, por el contrario, lo tomaron como un reto, organizándose para empezar a trabajar en el levantamiento del edificio provisional.

Uno de los principales problemas a que se enfrentaron fue que los colonos tiraban la basura en esa esquina, ocasionando la contaminación del medio ambiente y la proliferación de insectos malignos para la salud de los niños y adultos, se platicó con ellos para que lo dejaran de hacer, obteniendo una respuesta positiva.

En virtud de que se carecía de todo las practicantes citaron a los padres de familia para ponerse de acuerdo y trabajar conjuntamente para avanzar a un paso más acelerado. De esta manera padres de familia y practicantes acudían a trabajar sábados y domingos y quien no podía asistir lo hacía entre semana llevando el material necesario para trabajar.

Improvisaron 3 aulas, con paredes de costerón que los padres de familia les consiguieron y el techo de cartón, que de igual forma se obtuvo en la cartonera de Ciudad Guzmán Jal. Mismas que ambientaron con los diferentes rincones de dramatización, construcción, gráfico-plástico, etc.; las cuales estaban delimitadas con huacales pintados de vistosos colores y tablones que les quedaron.

Crearon áreas verdes sembrando árboles frutales y de ornato y también áreas recreativas con material que estaba a su alcance, como neumáticos que pintaron y clavaron en diferentes formas, columpios con soga y pedazos de madera, bimbaletes con costerón, etc. Cuando ya estuvo listo se cambiaron a “su nuevo plantel” en enero de 1990, a sabiendas de que se carecía hasta de lo mas elemental como era el agua, los baños indispensables para los niños. Problema que solucionaron temporalmente con una madre de familia que les dio permiso para que entraran a su baño los niños que lo necesitaran. Solicitaron a otros jardines mueble y material en desuso pero no fue suficiente.

Aprovecharon las reuniones de fin de semana para dar pláticas e impartir conferencias sobre los temas de sexualidad, maltrato infantil, nutrición y salud. Invitaron a personal especializado del DIF, ISSSTE y Centro de Salud. Apoyados siempre por las practicantes y si alguien faltaba a ellas lo sustituían para no fallarles a los padres de familia.

Observando que los padres de familia no eran muy solventes no les pidieron cooperación de ninguna especie, por lo que se vieron en graves problemas económicos y académicos, orillándolas a pedir ayuda a las papelerías, comercios, y a la normal. Afortunadamente tuvieron una respuesta satisfactoria, los padres de familia solo llevaron material de desuso que las practicantes le solicitaron.

Como se puede apreciar, este equipo trabajó arduamente con mucho empeño, esfuerzo y dedicación, pero al final a pesar de todas las vicisitudes, logró la meta, fundar el jardín de niños.

La sólida relación con los padres de familia y equipo de practicantes fue la razón mas importante por la que el jardín de niños siguió adelante, porque de los tres módulos fue el único que subsistió hasta la fecha (tal vez por que no estuvo en ninguna institución), gracias al apoyo y el esfuerzo de los padres de familia sin menospreciar la labor invaluable de las futuras educadoras. Los de Solidaridad y Constituyentes solo tuvieron un año de existencia, porque las inspectoras no cumplieron con la ayuda prometida, abandonaron los módulos, dejándolos a la deriva en virtud de que las cosas no resultaron como ellas lo esperaban. En un principio no hubo problemas con las inspectoras para brindarles ayuda, hubo ocasiones en que las practicantes recurrieron a la inspectora Elva Guerrero, para que les explicara como se llenaban los documentos, pensaron que las alumnas sólo estaban reuniendo a la población, para después ellas construir y quedarse con los lugares, cuando vieron que no era así, les negaron la ayuda y orientación referente a lo administrativo principalmente. Se molestaron y comenzaron a inconformarse argumentando que la creación de los módulos había ocasionado que la población de los jardines federales e inclusive estatales bajara.

Frente a esta situación, el maestro Bailón gestionó ente las autoridades de la U.R.S.E. para que el Profr. Antonio R. Montelongo, Subdirector académico en ese ciclo escolar firmara y validara con el sello de la Normal, los documentos que se ocuparan llenar en el jardín. (-anexo 1).

A partir de ese momento, el Profesor Jesús Bailón junto con las alumnas empezaron las gestiones ante gobernación para que se les tomara en cuenta como jardín ya establecido y se les edificara el plantel.

No obstante ello continuaron con la obra educativa. Para el ciclo escolar siguiente 1990-1991, atendieron a 45 pequeños. En el siguiente año 1991-1992, aumentó considerablemente la población infantil, a pesar de las condiciones tan deprimentes en que se encontraba el lugar, el número de niños ascendió a 81, casi el doble del año anterior.

Las practicantes normalistas dieron ejemplo de laboriosidad, de creatividad, de entusiasmo y de cooperación muy digno de aplauso. A pesar de no haber contado con la orientación pedagógica adecuada porque sus maestros no tenían la capacitación y experiencia en preescolar, sino en primaria. (Como ya se dijo). La teoría que recibían en su formación no era la que requerían para enfrentar la realidad. A excepción del Profr. Jesús Bailón que fue su maestro de Laboratorio de Docencia, (ahora Observación y Práctica) que siempre estuvo cerca de ellas, las apoyó en todo y con todo.

Jardines de Niños Anexos al C.R.E.N.
Con estos antecedentes y las demandas de este servicio en las demás colonias marginadas el Profr. Jesús Bailón Solís y el Profr. Antonio R. Montelongo Aguirre, coinciden en la idea de continuar con tales creaciones educativas, pero ya no como módulos, sino como jardines de niños anexos al C.R.E.N.
¿Qué son los jardines de niños anexos al C.R.E.N.? Son el espacio donde se da la vinculación entre formación académica y práctica profesional real. Es decir, se vinculan la teoría con la práctica dentro de la realidad social, de tal manera que la normalista esté en posibilidades de proponer alternativas didácticas congruentes con la doctrina básica del sistema qué enseñar y para qué enseñar. Por lo cual cumplen con los siguientes propósitos:
- Contribuir a la mejor formación de un conjunto de pasantes en educación preescolar, mediante la práctica pedagógica continua anual.
- Mantener un espacio propio para realizar experiencias educativas y prácticas de experimentación docente
- Coadyuvar en el proceso formativo del niño al proporcionar experiencias en el plano pedagógico.
En consecuencia, el objetivo que busca concretar el C.R.E.N., en estos espacios es el de formar profesionales de la educación con una actitud crítica, responsable y solidaria de los procesos de culturación y desarrollo de las comunidades, mediante la puesta en práctica de la investigación como acción participativa en vivencias concretas y totalizadoras de una práctica educativa en la que el rol docente sea pleno a fin de afianzar su compromiso social y nutrir su formación con experiencias significativas y enfoque transformador.
Se señala el ciclo escolar 1989-1990 como inicio de la fundación del primer jardín de niños (módulo) “el Triángulo” ubicado en la colonia del mismo nombre. El resultado obtenido en este jardín, creó la necesidad de brindarles la educación preescolar a niños de otras colonias que tuvieran las mismas condiciones de marginación; por lo que se optó por llevar a cabo censos de población infantil para justificar la creación de nuevos jardines anexos. Los datos obtenidos dieron lugar a que durante el ciclo escolar 1992-1993, nacieran otros cuatro laboratorios anexos en diferentes colonias.
Estos precedentes determinaron que el C.R.E.N. en conjunción con los líderes padres de familia, de asentamiento populares como son las colonias: Jalisco, san José, Constituyentes y 19 de septiembre se crearan los primeros jardines de niños, quedando de la siguiente manera:
En la colonia El Triángulo el jardín de niños “El Triángulo”
En la colonia San José el Jardín de Niños “Francisco Márquez”.
En la colonia constituyentes el Jardín de Niños “Carrusel”
En la colonia 19 de septiembre el Jardín de Niños “19 de Septiembre”
En la colonia Jalisco (PROVIPO) EL Jardín de Niños “Arco Iris”. Planteles que fueron objetados por la oficina de educación (URSE) de la región sur de Jalisco.
Cabe mencionar que hubo otros intentos de fundación en la colonia La Reja y Revolución pero no se justificó la población.
Este movimiento se emprendió con la puntualidad del caso. Sin excepción, cada uno de los líderes referidos recibieron la oferta con beneplácito, decidiendo colaborar con la iniciativa de la escuela normal.
La idea en sí, era digna de tomarse en consideración porque el beneficio que los niños recibirían, toda vez que se ofrecía la ayuda económica y técnica de las educadoras.
Por lo que, la respuesta de los colonos no se hizo esperar cada uno de los líderes llevaron al Centro Regional de Educación Normal, una solicitud en donde pedían al Profr. Vicente Carrera Bravo, que fungía como director en ese ciclo escolar 1992-1993, les brindara su apoyo junto con el de las alumnas para fundar un jardín de niños en su colonia, comprometiéndose a conseguir lo antes posible un local en cada colonia, lo cual podría ser una casa sin uso o un lugar donde trabajaran con grandes posibilidades de donación de terreno para construcción. Todos los líderes de colonos cumplieron.
Sin embargo, es justo mencionar que, el principal promotor de la creación de los jardines de niños anexos al C.R.E.N, fue el Profr. Jesús Bailón Solís, con el apoyo incondicional de la Profra. Ma. Guadalupe Rosas Cervantes. Y como parte de la Comisión de Servicio Social en ese entonces el Ing. Rubén González Montes, además de otros maestros que indirectamente participaron como el Profr. Andrés Ruiz Mojica, quien tenía cercanía con todas las colonias modestas que en Ciudad Guzmán nacieron a partir del sismo del 19 de septiembre de 1985, áreas poblacionales que carecían de casi todos los servicios públicos. Mismo que acompañó al profesor Bailón Solís con todos los dirigentes de cada una de las colonias populares mencionadas, para promover la fundación de los jardines de niños, oferta que recibieron con mucho agrado.

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